martes, 3 de septiembre de 2013



Hola, compañeros. Después de este verano intenso, me animo a reflexionar desde la lejanía ya sobre lo bien que sienta la desintoxicación testiguil. Una vez que me he deshecho del chantaje, que ya no aparezco por ninguna reunión y no aguanto más las peroratas que tanto daño me hicieron, me siento nuevo y lleno de fuerzas. El mundo está lleno de posibilidades, para todas las cosas. Renunciar alosestudios por eltemor de que Dios te castigue, de conseguir un buen trabajo que te guste, o la chica delaque estás enamorado, es tan estúpido como cruel.
Quizás todo ese sacrificio hubiera merecido la pena si hubiera en la secta un atisbo de verdad, de humildad o reconocimiento de culpa o asunción de errores. Pero eso no ocurre jamás. Con una recua de fanáticos que ante todo lo que digan sus dioses de Brooklyn (porque esta religión nada tiene que ver con Dios, sino con una organización humana mafiosa) no tienen por qué pedir perdón. Solo cortarle la cabeza alos que se atreven a señalar sus faltas.
Le animo al que me lee a que se atreva a alejarse de la organización, a coger perspectiva, a verla desde lejos para darse cuenta de lo ridícula que es, y de lo ridículo que hace parecer a todoslos que lasiguen incondicionalmente.
Desde lejos no dejan de ser unos trileros que engañan con una fecha en un vaso, con otra en otro, que nos amenazan con los ancianos y la congregación por detrás... Y todo para mantener su nivel de fanfarria, poder y dinero... Porque sí, lo siento mucho,el dinero manda en esta secta.

En fin, si veis a los trileros por la calle, no apostéis nunca, hay truco. Y si la Sociedad WT proporciona un nuevo entendimiento, no les creáis... Hay truco.